La historia de Dindim, un pingüino que viaja 5.000 millas cada año para visitar a su salvador | Estilo de vida

En un día cualquiera, frente a la costa de una pequeña isla de Brasil, Joao Pereira de Souza está pescando. Se desanimó al descubrir que el derrame de petróleo había contaminado las aguas.

Mirando las olas con un brillo aceitoso, decidió que ese no era un buen día para pescar. Pero ese día, caminando por la playa, se encontró con un pingüino luchando, cubierto de aceite y hambriento.

Pereira se llevó el pingüino a casa, lo limpió cuidadosamente y pasó la semana siguiente cuidándolo hasta que recuperó la salud. Lo llamó Dindim, una palabra portuguesa que significa “paleta de hielo”.

Los Dindim son pingüinos de Magallanes, una especie conocida por vivir en los océanos de América del Sur. Para criar tenían que regresar a la Patagonia, a 5.000 millas de la casa de Pereira. Pereira llevó pacientemente a Dindim de regreso al mar y le enseñó a nadar nuevamente. En poco tiempo, llegó el momento de que Dindim volviera a vivir en la naturaleza. Pereira observó a Dindim alejarse nadando, creyendo que sería la última vez que lo vería.

Pero el junio siguiente, Dindim regresó. Los dos compartieron un gentil saludo de pico a nariz, y Dindim se quedó durante un mes, dando paseos por la casa del pescador. Llegó el momento de irse, y Pereira pensó que seguramente sería la última vez que vería a Dindim. Pero 11 meses después, el pingüino de larga memoria está de regreso.

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Es una creencia común entre los científicos que los animales tienen poca memoria. Entonces, algunos de ellos colocaron dispositivos de rastreo en Dindim para ver si eran los mismos pingüinos que volvían año tras año. Para su sorpresa, pero no Pereira, Dindim volvió, año tras año, durante más de una década.

El amor y la crianza crean un vínculo tan profundo que no siempre podemos explicarlo. Es algo que sentimos, algo que queremos dar. Y cuando lo hacemos, dura mucho más de lo que esperamos.

Pereira y Dindim comparten un vínculo que une la vida humana y la naturaleza. Su amistad es la esperanza personificada.

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Fidelia Pardo

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